Aquellos labios violaceos que me hacen estallar, deseo besarlos hasta sentir esa fría carne que es tu lengua...
Amado es ese cuerpo, las curvas definidas de tu habil silueta y la piel de nieve que tienes...
Sólo tenerte junto a mi... sólo estar por siempre con tus dedos entrelazados a los mios... eso es el paraiso profano que me das...
No lamento haber hecho de tu respiración constante, de tus jadeos un suspiro... ahora estás siempre, siempre a mi lado...
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